
Se suponía que las renovables iban a bajar la factura de la luz en España. De momento sigue subiendo
Antes del apagón del 28 de abril, los números en la producción de energía solar llegaron a cotas asombrosas: España fue 100% renovable. Después de la situación acontecida, España vuelve a brillar nuevamente superando los 10.500 GWh de generación en julio con energía solar y eólica. Sin embargo, no todo son buenas noticias porque aparece una paradoja energética que resolver: ¿por qué la electricidad no ha sido más barata?
Un récord verde que no se nota en el bolsillo. Según datos provisionales de Red Eléctrica de España (REE) publicados por el analista energético Pedro Catuel, en julio se alcanzaron por primera vez más de 10.500 GWh mensuales combinando generación solar y eólica. La gráfica difundida por Catuel en sus redes sociales lo deja claro: España está produciendo más energía limpia que nunca.
Pero mientras el sol brilla y el viento sopla, el coste de la electricidad vuelve a subir. A mediados de julio, el precio medio de la luz se situó en 164,06 €/MWh, según cifras de REE recogidas en Xataka. Llegando a bajar a 102,85 €/MWh al día siguiente de esa cifra, pero solo durante una hora fue realmente asequible. Y ahí está la paradoja: con más renovables que nunca, el precio debería bajar, pero no lo hace.
Si hay más renovables, ¿por qué pagamos más? La respuesta es técnica, estructural y política al mismo tiempo. Como ya hemos explicado en Xataka, durante el mediodía —cuando la generación solar es máxima— se produce un excedente de energía y el precio se desploma. Sin embargo, cuando cae el sol y sigue habiendo demanda, el sistema necesita respaldo firme. Y ese respaldo hoy no lo dan las renovables: entra el gas. Y con él, la factura era quien disparaba el precio.
A esta dependencia horaria se suma otro problema: la falta de almacenamiento. Buena parte de la energía renovable generada no se puede guardar ni transferir eficientemente y termina perdiéndose. Red Eléctrica ha confirmado que en algunos puntos de la red se ha desaprovechado hasta un 30 % de la generación renovable por saturación de la infraestructura.
Y como si esto no fuera suficiente, desde enero ha vuelto a aplicarse el IVA completo del 21 % a la electricidad, tras años de tipo reducido por la crisis energética. Esto, sumado al encarecimiento del gas natural en los mercados internacionales, ha encarecido aún más la factura, como ha alertado la comercializadora Nordy en su análisis sobre la subida de la luz en 2025.
Hay un giro de los acontecimientos. Es cierto que ha subido el IVA y hay una falta evidente de almacenamiento. Sin embargo, desde el 15 de julio, España lleva tres semanas sin generar electricidad a partir de carbón. Es la primera vez que ocurre en más de 140 años, donde también esta fuente estaba funcionando como elemento de respaldo.
Según ha detallado El Periódico de la Energía, las últimas centrales térmicas —Aboño, Soto de Ribera y Los Barrios, todas de EDP— han quedado fuera de operación. Solo queda Alcudia (en Baleares), como reserva puntual.
Entonces, ¿bajarán los precios? La intención está, pero la ejecución tropieza con la política. El Real Decreto-ley 7/2025, que recogía medidas clave para evitar futuros apagones y reforzar la red, fue rechazado en el Congreso el pasado 22 de julio, con 183 votos en contra. La norma incluía incentivos al autoconsumo, más control sobre las eléctricas y un impulso al almacenamiento energético.
Sin ese marco legal, el sistema eléctrico español sigue siendo vulnerable y rígido. Hay una clara saturación: solo 1 de cada 10 nuevas instalaciones logra acceder a la red, pese a que existe capacidad técnica sin usar. A medio plazo, el Gobierno espera lanzar subastas de capacidad antes de que acabe el año, para mantener operativas las plantas de gas como respaldo mientras se despliegan baterías y otras tecnologías. Pero esto, como advierten las patronales del sector, llevará tiempo.
La hoja ruta está más que clara. Y el camino es bastante largo: más almacenamiento, redes inteligentes, descentralización, gestión de la demanda. El reto no es solo generar más energía renovable, sino hacerla útil cuando más se necesita. Y eso requiere inversión, infraestructura y decisiones políticas.
Mientras tanto, la paradoja sigue: tenemos energía barata al mediodía, pero no podemos usarla por la noche. La factura, como siempre, no espera.
Imagen | Hpgruesen
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La noticia
Se suponía que las renovables iban a bajar la factura de la luz en España. De momento sigue subiendo
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Xataka
por
Alba Otero
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